En cada hogar hay un rincón que pide magia…

y este arbolito nace justo para eso.

Creado en MDF, trabajado con paciencia antigua y ese amor que no se negocia, se despliega en rectángulos con palabras caladas que hablan de calma, fe y buenos deseos. Pintado y barnizado con técnica de desgastado y stencil, luce tonos fríos —grises, celestes y naturales— que recuerdan la serenidad de un invierno suave.

Mide 78 cm de pura intención bonita, y en la punta lleva una estrella iluminada con luces a pila… pequeña pero luminosa, como esas bendiciones que llegan sin hacer ruido.

Un detalle artesanal para vestir tu Navidad con encanto tradicional y un guiño poético de luz.